DESLINDE REVOLUCIONARIO EN VENEZUELA (PARTE 1)
(PARTE I)
Gaspar
Velásquez Morillo
De forma casi imperceptible para unas y unos, mientras
que otras y otros revolucionarios, así como personas del pueblo que han
adquirido niveles superiores de consciencia vienen arrimando el carbón para
mantener la llama revolucionaria en la
República Bolivariana de Venezuela y es porque en la Patria del Libertador se
viene llevando a cabo un discernimiento en el seno del pueblo y en sectores
institucionales del sendero que debe tomar el inédito proceso socio histórico
venezolano en las nuevas condiciones mundiales donde el capitalismo como modelo
económico financiero se ha enseñoreado y acunado para sí todo el proceso
societario a nivel global y eso hay que admitirlo pero no permitirlo y aceptarlo
sin ni siquiera levantar el dedo índice acusador contra tan alevoso diseño de
subsistencia humanitaria que lo que ha hecho es llenar al mundo de miseria,
hambre, invasiones, así como confrontaciones militares y quizás hasta de una no
declarada guerra bacteriológica.
El deslinde en Venezuela se le puede dar cualquier
calificativo, distinción o decir que es continuidad de otro u otros proceso,
pero el que se ha de acometer en esta oportunidad ha de ser profundo, de raíz,
constante y quien hable y actúe tiene que ser convincente, estar convencido de
que se va por el camino cierto, el funcionariado institucional, partidista y
popular han de tener sobre sí los ojos escrutadores, contralores y auditor del
pueblo por eso es que los Ministerios se le condiciona y acuña “Poder
Popular” para tal o cual función y así marchar con y por el pueblo en
el camino correcto y obtener en esta ocasión histórica Victorias en Resistencia. La concreción no es solamente desde
arriba, es también desde el seno del poder popular, del poder comunal, no es
retórica del Comandante Chávez cuando aseveraba “Comuna o nada…!”.
El diagnóstico indica que están dadas las condiciones
para acentuar decisiones al más alto nivel y abrir paso a la imposición del
Estado por Constituir que es el Estado Bolivariano expresado en la República
Bolivariana de Venezuela y desplazar el Estado Neoliberal Burgués del seno de
la institucionalidad y de la estructura del pensamiento del funcionariado para
pasar a imperar el contenido del texto constitucional vigente en toda su
extensión e intensidad y dirección.
Nuevas condiciones y exigencias están presente en la
Revolución Socialista Bolivariana, ya hay quienes se cansaron, se les agotó el
fuelle, hay quienes se acostumbraron a estar permanentemente en la palestra
pública, y otros después de la partida del Comandante Chávez saben cómo
construir el Socialismo en Venezuela y tiene en sus manos exclusivamente la
alquimia para tal fin; otros traicionaron sin rubor alguno donde el Imperio y
la ultraderecha les acoge y le abre paso y los posiciona. Hay sectores
desorientados porque nada se compagina con el manual que les servía de guía y
sustento.
En otros casos y hay que mirarse en ese espejo, el
gobierno estadounidense les permite asentarse en su territorio a vivir de las
mieles de la corrupción por el dinero robado y cuando el Imperio lo estime
conveniente después de exprimirles como un limón le incauta los bienes y los
millones de dólares depositados en los bancos estadounidenses o en paraísos
fiscales haciéndoles la vida a estos traidores un infierno, en el caso del país
vecino, los gobiernos colombianos son más elegantes cuando ya los utiliza pide
a EE.UU que vengan por el o ellos en aviones de la DEA o de otro organismo de
seguridad estadounidense para que los trasladen y reciban el merecido castigo
en territorio estadounidense por incapaces e ineptos conspiradores
contrarrevolucionarios.
Veamos bien, la audacia política gubernamental de la
Revolución Socialista Bolivariana ha sorprendido a propios y extraños en su
auto preservación, basta señalar algunos hechos resaltantes -y quienes me den
el honor de leer este artículo de fondo- agregaran otros tópicos, pero el
llamado a la Asamblea Constituyente desarmó a las partes contrarrevolucionarias
y a los propios sectores revolucionarios, intelectuales, académicos, hasta
sectores populares quedaron enceguecidos por los flash de la impotencia
evidenciando que aún hay que madurar más porque somos víctima del empirismo,
del pragmatismo, del inmediatismo y la acusación tonta de denunciar y pasar al
ejecutivo y al presidente Nicolás Maduro la responsabilidad de los aprietos por
los cuales naturalmente ha de vivir cualquier revolución “si es verdadera” porque
vivimos de la ilusión y no de la advertencia del revolucionario guerrillero
Ernesto Che Guevara “quien dijo que la Revolución es un lecho de rosas”. Por eso el
socialismo se conquista peleando.
Como me dice fraterno amigo mirándome fijamente y con una
sonrisa medio burlona cuando me escucha disertar sobre tal o cual tema y yo le
sostengo la mirada ante reiterada mención al líder de la Revolución Bolchevique
porque es verdad: -Gaspar te digo como decía Lenin “Salvo el Poder lo demás es una
ilusión”. La moraleja es: conquistar, mantener el Poder, el Poder del
Pueblo, el Poder Popular, que complementado con la Doctrina Bolivariana en su
artículo 3 constitucional “El ejercicio de la voluntad popular”.
El gobierno de Nicolás Maduro ha demostrado firmeza,
constancia, a pesar de errores pero quien esté exento de ellos que lance la
primera piedra, creo que no ha habido gobierno en estos últimos años en el
mundo que la opinión pública haya seguido más en su atención y donde el Imperio
mundial le quiere apagar la luz y tan pronto dirige su mano chorreando sangre
hacia el suiche el peso moral de la Revolución Socialista Bolivariana y el hilo
histórico que le antecede hace al Imperio ser timorato y atacar por
interpuestos gobiernos y sus interlocutores.
Otro elemento resaltante del gobierno revolucionario es
el manejo que ha hecho del esperpento del presidente impuesto por el Imperio
estadounidense y que hay opiniones contrapuestas donde algunos piden su
detención y la tesis gubernamental es que se cocine en su propia salsa o que se
vaya extinguiendo. Claro, hay quienes impunemente hacen populismo declarando
que debería estar preso reflejando torpemente que el Estado y el gobierno y el
propio presidente Nicolás Maduro es negligente e incapaz. En lo personal
considero que toda decisión es un riesgo pero la política tiene su lógica más
allá de lo jurídico y es la sangre fría como en la mayoría de los casos en la
política se toman decisiones, de manera pues que todo tiene su lugar y su
momento.
Para analizar y corroborar, gracias al acierto
presidencial, otro día apareció la Ley Antibloqueo que sorprendió a las
vanguardias políticas tanto de derecha como del espectro de la izquierda, como
al capital económico financiero como al capital productivo.
En la concepción heredadas por la cultura política en el
imaginario colectivo social y hasta político se considera que quien asuma la
presidencia de Venezuela tiene en sus manos la potestad del poder en toda su
extensión, esto será así, si viola las propias normas que lo regulan y que
están contenidas en el texto constitucional, no es el arbitrio caprichoso, hay
leyes, normas regulatorias, la habilidad es abrirse campo en esto, por eso la Reforma
Constitucional para facilitar procesos gubernamentales y darle más libertad
para beneficiar al pueblo que planteó el Comandante Hugo Chávez Frías y que
perdimos.
Esa derrota implicó insertarse a fondo en el aspecto
jurídico y los equipos de asesoría funcionaron a todo vapor, más la visión del
líder, abrió campo para crear las Misiones y Grandes Misiones.
Moraleja: una cosa es la Política de Gobierno y saber
Gobernar y la otra son los extremos y excesos que vemos en las dictaduras y en
otras modalidades gubernativas políticas y hasta sociales. Hay veces da la
impresión que quienes hablan o analizan en privado y en público tienen oculto
en su Yo Personal un boceto de dictardozuelo enanito y que crece en ocasiones
porque hasta dicen qué debe hacer Nicolás y qué no debe hacer Nicolás, lo
cumbre es que el presidente es Nicolás Maduro y viene a mi memoria una
emblemática frase con la que respondió el Comandante Fidel Castro a la pregunta
del periodista “no recuerdo haber tomado una decisión sin haber consultado a alguien”.
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