CORONAVIRUS, EL DEPORTE, LA FAMA Y LOS $


CORONAVIRUS, EL DEPORTE, LA FAMA Y LOS $


Los directivos de la academia y los scouts invitados ya habían presenciado las destrezas y potencialidad de cada adolescente o prospecto, mientras los deportistas sentados en las gradas, en silencio y sin hablarse entre ellos, competencia al fin, apostaban a la suerte personal; del otro lado del campo deliberaban fríamente sobre el destino de cada uno de ellos.

Pasaban la lista donde estaba cada participante e iban tildando un complejo cuadro de Excel que tenían que evaluar minuciosa y exhaustivamente para posteriormente los directivos de estas empresas deportivas en United State tendría la última palabra pero la decisión de los scout pesaba mucho, así que directivos, scouts y dueños de los equipos eran acuciosos con la selección, ya que hay mucho dólares de por medio.

Cuando llegó el nombre de él, el scout en inglés hizo un gesto de indiferencia y tildó en rojo de eliminado, el papá del joven que nadie se había percatado que estaba auto invitado al grupo que hacía la evaluación, se interpuso frente a frente y le dijo al traductor:
-Y mi hijo?
La situación se tornó incómoda, el traductor habló con el scout y el scout ratificó su decisión y le pidió al traductor y regañó a directivos que los padres no debían estar allí. Le pidieron que se retirara. El padre insistió e increpó a todos y alegó que su hijo está desde niño practicando el deporte de forma disciplinada, que es un adolescente maduro, que tiene 6 lanzamientos bien definidos y es muy controlado en la lomita. El scout en inglés pidió molesto que lo retiraran.

El joven llegó primero a su casa, abrió la puerta con fuerza, la madre en la modesta casa preparaba una suculenta cena para celebrar “la nueva” y se alegró por el retorno, detrás venía su padre como si sus pies le pesaran.

La madre quejándose: -por ahí entró como una tromba y está en el cuarto. El rostro del padre lo decía todo, dijo con voz que se le quebraba:
-No fue seleccionado para los entrenamientos en EE.UU y no sería firmado.
Molesto y con un nudo en la garganta le explicó a ella:
-Le faltan cuatro centímetros para la estatura ideal, tiene el peso, tiene la velocidad pichando, pero por unos miserables centímetros.
Ahí no se aguantó y se le brotaron par de lágrimas quejándose de la mala suerte expresó tenuemente:
-Por unos miserables cuatro centímetros, pero que tienen que decir esos gringos de m…..! Ahí mencionó un conjunto de nombres de peloteros extraños para ella.
-Pero hasta dónde eso es cierto? Hemos tenido campeón bate de baja estatura y siempre ha estado en el cuadro de honor de los mejores bateadores de su equipo y de la liga allá en Estados Unidos.

Dijo la madre molesta y orgullosa:
-Si ese muchacho se divierte tumbando golondrinas con piedras, claro que es bueno…! mi muchacho es bueno pa´esa vaina…!

Dentro de la habitación el joven se sentó en la cama, un impulso lo llevó a romper los afiches de los estadios que estaban pegado en la pared donde le hubiera gustado jugar e imaginase, saludando y dando la vuelta a la caja de picheo con la gorra en alto y la fanaticada aplaudiendo a rabiar…con los ojos enrojecidos sentía que se le desvanecía sus sueños por cuatro malditos centímetros.

Los alegatos de su padre que lo firmaran y se lo llevaran y lo pusieran a prueba en otras posiciones, que hay antecedentes de otros peloteros…pero de nada valió…

La madre apagó la cocina y se secó las manos con el delantal, comprendió ya de repente, las implicaciones por las cuales su hijo estaba -de seguro- desecho en su habitación, su esposo devastado en el modesto y descocido mueble de la sala.
Todo se tornó en un denso y espeso silencio.
Pensó ella de nuevo, si ya no hay otro chance para ser firmado, a su hijo nunca le insistieron que estudiara, apenas llegó a un maltrecho segundo año de bachillerato con un boletín de notas con todas las  calificaciones “Doja, Dojita”.
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De contraste, en un pasado los padres veía a los jóvenes, jugar y jugar todo el santo día y le gritaban molestos y reprochándoles:
- Deja esa pelota y ponte a estudiar…
Los tiempos pasa y ahora sucede todo lo contrario:
-Deja de estudiar y ponte a lanzar pelota.
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Recuerdo que hace muchos años leí entrevista a Luis Aparicio, el único pelotero criollo en el templo del beisbol profesional estadounidense, que “si en su época de jugador de beisbol activo pagaran lo que en la actualidad le pagan a los peloteros profesionales, él fuera multimillonario, no obstante, soy un enamorado del beisbol”. Cuentan quienes le conocieron en su vida deportiva, que a pesar que el juego era a las 7pm, ya a las 8cho de la mañana y hasta las doce y luego de dos a cinco de la tarde Luisito estaba entrenando en el campo de juego y así fue toda su vida, que acompañado de sus dones naturales, le hacia de su posición de juego, una infranqueable barrera, así fuera la pelota con la fuerza propia de grandes toleteros, estos detenían sus carreras varios pasos ante de la base porque ya Luis Aparicio con una danza artística de combatiente mandarín ya había lanzado a primera y el árbitro había cantado: - Ooouuuutttt…! Y el público estallaba en frenéticos aplausos dedicados al samurái del short stop.        
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“Una casa para Maiiita”. Su entrenador y manager le recriminó fuerte, muy fuerte y lo amenazó, que de seguir así iba a tirar la toalla y que lo perderían todo, toodooo…! a lo que el boxeador exclamó con dolor:
-        Y la casa de Maiiita…?
El minuto de descansó fue el más breve de su vida y el más largo a la vez. Juró que su felicidad es darle a su madre su merecida casita, digna y cómoda, con su cocina para que no le ahumara sus ojos por la leña y que no viviera más la zozobra cuando llovía. Al joven boxeador, le asustaron dos “detalles” el destino incierto de la “casa de Maiiita” y la fiera mirada que le dio su entrenador porque no estaba cumpliendo sus instrucciones.
Salió de nuevo al centro del ring, entre ceja y ceja, su compromiso interno con su mamá que lo llenaba de brío. Fue con la decisión de dejar su alma en la lona pero lograría su objetivo, aguantó como un bravo la andanada de golpes del boxeador estilista contrario pero también asentó los suyos y paulatinamente vio como su adversario se le iba borrando su burlona sonrisa. Venía el minuto de descanso. Su entrenador le daba disimiles estrategias y lo felicitaba porque estaba recuperando puntos y lo motivaba, él no escuchaba nada, sentía como un gigantesco desfile militar similar a los del Paseo Monumental de Los Próceres donde cada uno de los asistentes le gritaban al unísono y muchísimas veces al oído: La casa de Maiiita…!
Muchos fueron los combates que libró y muchos éxitos se anotó, logró su cometido, la Casa de Maiiita, aunque ella no se adaptó a un apartamento en la capital de la República y la notaba cada día más apagadita hasta que él le dijo: - “Maiiita, es mejor que te compre algo allá en el pueblo” y ella espontáneamente brincó de alegría, lo abrazó y le estampaba muchos besos tal cual sería el día cuando él nació:
“-ahora podré tener mis matas y mis pollos…jajajaja…! por cierto, es bueno tener un perro pa´cuidar los pollos.”
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Hay un pelotero del patio que mientras más alto, forzudo y poseedor de variados recursos de lanzamientos truculentos tuviera el  pitcher, el gozaba internamente porque en reiteradas ocasiones se las “devuelve” pero…a las gradas…! Es la lucha en el deporte entre los biotipos y la ergonomía. Confiesa el temible bateador de baja estatura criollo que ve venir la pelota de beisbol como el tamaño de un melón y con tal fuerza la batea. Ocupar los sitiales de bateo en varias temporadas hablan por si mismo.
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Si el futbol se lo dejaran exclusivamente a los europeos, sería el deporte más aburrido del mundo. Ha sido la inserción en las diferentes liga mundiales de la participación de latino caribeños y africanos lo que le ha dado la gracia, el encanto y parecen ballet artístico con hermosas e inexplicables coreografía propia de un biotipo entre 1,60 a casi 1,85, donde la inteligencia, el toque rápido e inesperado, donde la pelota se convierte en una extensión del cuerpo del jugador latino y africano que la esférica satisface todos esos caprichos y arabescos en el engramado hasta que se escucha esa palabra que tiene un efecto inexplicable porque nace del alma misma del fanático y del jugador que explota en emociones y se borra el cansancio del equipo quienes por pocos o muchos minutos bregan y bregan por alcanzar el objetivo de estar en el campo de juego. Hay jugadores en el futbol que aman su país, se sienten orgullosos de ser venezolanos y desean lo mejor para su nación y lo primero que hacen con su vistoso y aguerrido juego es brindarle la alegría a su pueblo con sus goles o de contribuir a ello. Hay otros que de desde Miami o de donde estén piden que invadan la tierra que vio su parto y entonces, son unos malparidos.   
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No sabemos que pasaría con ese joven que estaba abatido en la habitación de su casa, como único hijo, estaba claro de cuanto pudiera aportar para su casa. Pero un caso que conmueve es que joven –en otrora oportunidad- fue firmado y tuvo en los entrenamientos lesión de la cual no se pudo recuperar porque recurrentemente se le iría a presentar y jugar banca, en el contrato que firmó con mucha ilusión, ignoraba lo “que decían esas letras chiquitas y en inglés” y él no sabía inglés que de presentar situaciones sobrevenida…lo cierto es que el joven prospecto regresó en precarias condiciones económicas, desilusionado, golpeado en lo más íntimo de sus expectativas, retornó a su hogar, su irritabilidad a flor de piel, conflictos intrafamiliares, le dio por consumir licor, hasta cayó en el mundo de las droga, para tener sustento personal, manejó taxis y con serias afectaciones emocionales que de repente estalla en llanto. Cualquiera dirá, inocentemente: -cosas del negocio del beisbol rentado.
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Que se acabe la temporada de beisbol y abajo Maduro…! Fue la consigna de empresarios del ramo, presionados por la MLB y con las consecuencias e implicaciones del caso era una manera de contribuir con la “transición democrática”. Lo acontecido de parar el beisbol y en otra oportunidad de impedir el comienzo en Venezuela de la Serie del Caribe, todo ese desenlace macabro afectó al país, pero la piel como cada vez se endurece, el país y los deportistas siguieron su rumbo. Toda esa alevosía de los laboratorios de guerra psicológica es propio de cualquier seriado de “Aunque usted no lo crea” las luces de los estadios se apagaron y el dolor impotente de la fanaticada que de repente no comprendían nada, igual no comprendía la señora que vende empanadas en el perímetro de los campos de juego.
Situación similar sucedió cuando en el paro petrolero del 2002-2003, deliberadamente lo apagaron, el mechurrio del Complejo Refinador de Paraguaná dejó de iluminar la península, me dijo habitante y ex trabajador petrolero, ya jubilado, “eso no tiene explicación” mientras se le humedecían los ojos y se secaba sus mejillas con la palma de su mano fuerte, callosa y con nudo emocional en su garganta que le impedía seguir hablando.
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Pelé, muy joven, sí, en el fervor de su juventud y de la gloria, por haber brindado junto con la selección nacional la Copa Mundial en el deporte de los goles fue declarado “Patrimonio Deportivo del Brasil” por las autoridades del gigante del Sur, donde uno de sus “Acuerdos” impedía que fuera contratado por equipos internacionales cuyos scouts se dirigieron como moscas a conquistar la firma del famoso jugador con menú de ofertas económicas, además de la fama, la gloria y los contratos jugosos.
De nada valió todos ese enjambre de ofertas, ya fuera de los estadios de futbol y con ribetes de gloria que le perseguían y por encuesta internacional “Pelé es considerado el Deportista del Siglo XX”

.......
Otro que le costó la vida por el deporte fue el jugador colombiano Andrés Escobar, quien llegando a su casa, sicario acabó con su vida, por un imponderable que no está en el deseo de ningún jugador, fue el responsable de un autogol donde su equipo perdió crucial y definitorio juego y donde apostadores de oficio perdieron grandes cantidades de dinero que entregaron en maletines ejecutivos pero la venganza por la perdida de cuantiosos fajos de billetes, no consideró que era un joven deportista con todas las virtudes, con toda la proeza, la hidalguía, y por supuesto su pesar por el error cometido pero en estos caducos sistemas societarios, el deportista es dinero.
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Lo dijo el gran visionario cuando le entregaba la espada de Simón Bolívar  a Rubén Limardo por su medalla olímpica, con su mano izquierda la elevó a lo alto y con voz que aun resuena en los estadios, en las pistas de atletismos, en los gimnasios, en los maratones, en las ruedas de los ciclistas y esa voz se eleva al Pico Bolívar, al Macizo Guayanés, que además alborota los marullos del Lago de Maracaibo…y con las expectativas del caso se irán teniendo las cosechas colectivas en todos los deportes en la Isla de Margarita para orgullo de esa tierra, enfatizó el Gigante “son y serán ustedes la Generación de Oro”. No será muy lejano el día en que en muchos pueblos o en todos los pueblos o ciudades estén surgiendo los nuevos pinos, que cuenten además con las instalaciones de envergadura, hasta consagrarse en sus estados y contemos la generación de relevo en todas las disciplinas deportivas a nivel nacional para orgullo de la Patria.  
Ahí vamos…es en serio y en serie…!



Gaspar Velásquez Morillo


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