SUPERANDO ESCALOFRIANTES E INELUDIBLES PRUEBAS HISTÓRICAS






Gaspar Velásquez Morillo

Sopesar la solidez de la Revolución heredada del Comandante Hugo Chávez Frías y que actualmente conduce el presidente constitucional Nicolás Maduro, no es una tarea de poca monta, y quizás, como es natural, algunos ítems no alcancen la totalidad de la puntuación favorable, no es menos cierto, que es una Revolución que deviene de nuestro glorioso pasado histórico, que está imbricada en el tejido socio humano nacional, porque ha tenido la característica que es una revolución en la cual a alguien le resulte indiferente o muestre apatía a la cotidianidad de lo que acontece en el país.

Es posible también, que algún militante, analistas y el interés expreso de burguesía e imperio y transnacionales es obligarnos a pensar en el plano táctico coyuntural, nos ahoguen en tanta pestilencia argumental “analítica” y de inocularnos de tanto miedo sobre el futuro inmediato como nación, que nos impida ver y respirar lo que ha hecho esta modesta revolución en el mundo contemporáneo y en la conciencia de los pueblos de cualquier latitud geográfica.

Lo mismo se puede decir de su impacto a nivel mundial, donde se enfrenten fuerzas contrapuestas en lo político e ideológico y donde grandes oleadas de pueblos visualizan cada vez más claras las diferencias que entrañan el proyecto imperial burgués y las premisas programáticas y de clases que encarna la Revolución Bolivariana y de cualquier prójimo como recóndito lugar e instintivamente, nos expresan su solidaridad, lo cual da la medida que a pesar del portentoso aparato manipulador ideomediático de las potencias industriales armamentísticas  y las transnacionales, la bandera tricolor ondea en costa, tierra firme y en fronteras de su territorio como en donde hagamos presencia, así como en el “chasis” de los satélites Bolívar y Miranda.

En el pasado remoto, ni en los recientes, era inimaginable, que Venezuela estuviera en el centro de la confrontación mundial, eso da la dimensión y el imbricamiento de la Revolución y su alcance mundial, así como el liderazgo del Comandante Hugo Chávez Frías traspasó océanos y continentes, eso no es gratuito, ni es la mera cortesía de la diplomacia mundial y de los organismos internacionales, esa es una dimensión a evaluar con rigor y apartados de la autoconmiseración o del sentimiento del desvalido, nuestra rebeldía al designio imperial, transnacional y de la burguesía apátrida, es la genética de la resistencia indígena, cimarronera, de un pueblo, que como lo afirmaba el Libertador Simón Bolívar en carta a Bejamín Irvine, diplomático estadounidense, hago de su conocimiento, que la mitad de la población de Venezuela ha ofrendado su vida por alcanzar la libertad de nuestra patria usurpada por España y la otra mitad está disponible a dar la vida por mantenerla.

Con el triunfo electoral del Comandante Hugo Chávez quien con un espectro de fuerzas de distintas dimensiones y alcance político y geográfico dieron al traste a las pretensiones burguesas e imperiales en el año 98, el contra ataque burgués imperial no se hizo esperar con el 11 de abril del 2002, el Paro Petrolero del 2002-2003, Plaza Altamira donde un centenar de militares de distintas jerarquía horadaron en la nada de la nada y los recurrentes intentos de partidos y burguesía apátrida, y extenuados argumental y espiritualmente, el imperio, la burguesía y traidores en contubernio con militares –donde paulatinamente quedan develados como reseña la prensa nacional -   acuden a embaucar a jóvenes oficiales y embarcarlos en aventuras apátridas, a acciones viles como traición de la patria, pero la Fuerza Armada Nacional Bolivariana se crece en mística, coraje, abnegación y disciplina, es parte en el presente del hilo histórico con la que se caracterizó el ejercito libertador en su estirpe e hidalguía que estremeció por varias décadas parte importante del globo terráqueo con sus ideas de libertad, soberanía, democracia y libertad.

En cuanto al líder actual, Nicolás Maduro, los laboratorios de guerra psicológicas desde distintas capitales de países imperiales y subordinados, le han lanzado dardos y misiles de altos calibres, entre ellos, el distractor para diluir el referente revolucionario con falso dilema “soy chavista y no madurista”; pues, Nicolás Maduro les resultó una sorpresa mayúscula y los fuegos pirotécnicos del imperio, trasnacionales y de la burguesía apátrida para celebrar el derrocamiento de la revolución bolivariana se les terminaron de estallar en República Dominicana haciendo añico la cristalería con la que se mostraban al mundo, dándole la espalda al diálogo, a la  conversación, en consecuencia, quedó enaltecido y radiante el prestigio, la magnanimidad, el ejemplo y los kilates como estratega del presidente Nicolás Maduro que ha llamado en centenas de oportunidades a la oposición al entendimiento y a la conversación. El gobierno nunca de abandonar o perder la iniciativa política, de contraparte, la fanfarronería oligarca y de sus partidos quedó al descubierto, son simples ventrílocuos de la voracidad imperial – transnacional.

En cuanto a la gestión gubernamental, hay que hacerle los ajustes graduales de germinación y florecimiento de valiosas y valiosos cuadros revolucionarios, de la acertada combinación generacional; en cuanto a la eficiencia y la eficacia, generar los procesos institucionales para formar personal en sensibles áreas tecnoproductivas.

Ha sido ostensible y de cuantiosa valía la capacidad de respuesta del pueblo, del partido y del gobierno, así como la de las organizaciones aliadas, para expresar ante el mundo los criterios y el derecho de la Revolución Bolivariana a existir y a abogar por su existencia, distintas plataformas revolucionarias en el mundo amplifican nuestras verdades, las redes digitales en manos del activismo político revolucionario han pasado a ser artillería  direccionadas a temas sensitivos y sensibles de la Revolución Bolivariana, a través de sus medios institucionales auscultan con mayor precisión, el horizonte que nos corresponde y los contenidos revolucionarios. Quienes cuentan con celulares inteligentes, saben que ese es su fusil, cómo será cuando se cuente y amplíe más tecnología. Lo cierto del caso es, que la Revolución Bolivariana ya no anda balbuceando, ni titubeando sus verdades, se habla de pie y con buen timbre de voz en cualquier ámbito geográfico e institucional, andamos disipando el olor azufre que expele el prepotente imperial, es pues, esa claridad, diafanidad es la continuidad e intensidad de lo que nos legó el Comandante Chávez.

Con respecto a nuestros analistas, académicos e investigadores, podríamos decir que ya contamos con el sustrato suficiente para hablar conceptualmente desde nuestra perspectiva revolucionaria de cimientos teóricos en el campo de la diplomacia, de las relaciones internacionales en todos sus aspectos y dimensiones, de la negociación, de la seguridad de la nación, la inteligencia y contrainteligencia, campañas electorales, el vuelco a la economía y finanzas mundial con el surgimiento del petro, entre otros distintos temas nada despreciables, que lo que falta es tener la orientación, el tino y el olfato investigativo desde las distintas instancias académicas de los distintos ministerios, centros de estudios e investigación.

Desde luego, esta iniciativa del alto gobierno, constratará con los marcadores de opinión en el ámbito revolucionario, que no los desdeñamos, valoramos su talento y esfuerzo, pero todo ese esfuerzo formativo tiene que estar dirigido a Prepararnos para Profundizar la Revolución Bolivariana y para Gobernar desde la perspectiva Bolivariana. Ya basta de pildoritas, comentarios de pasillos e insulsos, tertulias improductivas, pasos cortos y en falso, denuncias inciertas, medios ciertas, indirectas, drenar lo visceral, la antipatía, la escualología (afectos a la oposición y camaradas que en demasía viven a diario conociendo e indagando que hicieron, qué hacen y adivinando qué harán las y los ultraderechistas para expeler por cuenta propia miedos y temores, objetivo de la guerra psicológica) pero nos falta iniciativa personal, militante y colectiva para coadyuvar que debemos o que nos corresponde hacer, no todo le corresponde al presidente de la república, es fácil decir o escuchar a algunos analistas y activistas políticos desde cualquier acera, lo que no debe hacer el Presidente de la República, lo interesante es colocarse en los zapatos de Nicolás Maduro y valorar lo qué es gobernar con las condiciones adversas y con tal grado de perfidia burguesa imperialista como viene gobernando desde la desaparición física del Comandante Chávez. Pierden su respetabilidad, consideración y afecto, quienes son portadoras y portadores –conscientes e inconscientes-  de los encargos catastróficos del imperio y de la burguesía, somos cohibidos y no les dedicamos unos  cuantos madrazos al Imperio –transnacionales y a la burguesía apátridas- y se puede perder la elegancia en ese terreno rebelde.

Cuando abordamos los errores de la Revolución Bolivariana, defectos e imprecisiones, hablamos desde el púlpito de la arrogancia, por suerte, a nadie se le ha ocurrido un concurso o un bono por gobernar una semana en Miraflores, muchos traspiés se habrían acentuados, personas serias saben, los pesos y contrapesos a la hora de gobernar o a la hora de la toma de decisiones. Lo importante es ser fiel al programa del pueblo, de la Revolución y al Programa de la Humanidad. Nuestro programa nacional es el texto constitucional y todo nuestro accionar tiene que apuntar a lograr el artículo 3 constitucional, la Asamblea Nacional Constituyente, verá su contenido y lo ampliará o lo ratificará, tal cual está expresado.

En medio de tormentas imperiales, transnacionales y conspiraciones burguesa apátrida, la Revolución Bolivariana Socialista, avanza, a pesar de las mezquindades e incomprensiones de quienes se cansaron, o pensaron que su espacio es el burocrático institucional y como para decepción, van cayendo de sus pedestales algunos ex camaradas a quienes creíamos sólidos, pétreos, pero las revoluciones verdaderas son así, centrifugan a quienes no desentrañen sus claves esenciales y existenciales, no obstante, la Revolución Bolivariana marcha al ritmo de sus capacidades y potencialidades, que no son pocas.

Surge el dilema y el enigma histórico a resolver las y los cuadros y los pueblos: qué va hacer la Revolución Socialista Bolivariana por nosotros o que vamos hacer nosotros por la Revolución Socialista Bolivariana.

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