CONTRA LA GUERRA ECONÓMICA: “YO SI PUEDO”
Gaspar Velásquez Morillo
Estas
líneas surgen a raíz de una conversación entre varias personas que tuve la
oportunidad de escuchar a la distancia y que realmente me dejó perplejo, ese
diálogo a la vez me retó por el cúmulo de interrogantes que necesariamente
deben ser respondidas; digo que esas respuestas deben ser colectivas, más allá
de lo que yo piense.
La tertulia
aludida giraba en torno a las peripecias que hay que hacer para poder comprar
productos alimenticios de la cesta diaria de las y los venezolanos; cada vez
alguno de los presente cuando intervenía, le agregaba mayor dosis dramatismo a
una situación real e inocultable, no se consiguen o cuando se consiguen los
productos es con mucho esfuerzo, esas intervenciones de los aludidos denotaba
la derrota psicológica propia sin mostrar ningún ápice de conocimiento de
resistencia, del preguntarse, por qué la Guerra Económica, cuál es el interés
de Estados Unidos por derrocar el gobierno revolucionario, que concertados con
empresarios inescrupulosos y conjuntados a la vez con la élite política
oposicionista del país quienes juegan la misma carta de naipe imperial.
Las
diversas campañas psicológicas del Imperio y de las agencias nacionales y
transnacionales de guerra sucia, han puesto sobre las y los 30 millones de
venezolanas y venezolanos, pesadas capas de manipulación de la opinión pública,
falseamiento de la verdad, inocular en la población de la desesperanza, la
frustración y de propiciar el desencanto contra la Revolución Bolivariana.
Desde luego
el Imperio y todas las fuerzas del mal que les acompañan se han anotado puntos
a favor pero el grueso de las y los venezolanos como genuinos patriotas han
antepuesto su concepción de nación, de país, de estar dispuestos a acompañar y
cristalizar la Democracia Socialista Bolivariana, porque hay que resaltar, que
en estos diecisiete años lo que se ha construido para el beneficio del pueblo
no tienen parangón en ningún lugar del mundo, así lo han reconocido
personalidades e instituciones de carácter mundial.
Esa
autodestrucción y esa concepción derrotista y desesperanzada que emanaba de la
conversación aludida, da cuenta de los vacíos y los desiguales niveles de
consciencia en esta sociedad venezolana donde quienes no están sólidamente
consistente en sus convicciones y en los ideales de construcción de una
República que en esta hora histórica está en pleno proceso de construcción de
la Democracia Socialista Bolivariana y los adversarios su papel estriba es en
sabotear y sabotear, dando la medida de con quien están comprometidos.
Si hacemos
de una mirada retrospectiva, y nos interrogamos, e imaginamos que los pueblos originarios
no hubieran resistido a la invasión europea y nuestros aborígenes se hubieran
marchado a distantes y lejanos territorios, otra fuera la historia; en este actual
periodo histórico, los medios y personas imbuidas de confusión, dóciles
víctimas de las perversas campañas propagandísticas dieron por cierto que salir
de Venezuela, abandonar el lugar donde nació era una decisión correcta porque
acá con la llegada de la Revolución Bolivariana no tenía sentido permanecer en
el territorio nacional porque venía la destrucción total.
Comenzó la
motivación abierta y velada del éxodo con profusas campañas publicitarias para
desmoralizar la mística del resto del pueblo, arrugar como una servilleta la
mística que despierta el gentilicio de la venezolanía que despierta amar y
querer donde se nació y donde se vivía y donde están hincadas sus raíces
familiares y sentimentales.
Ahora bien,
si las distintas generaciones que se han sucedido en los últimos quinientos
años –esto por colocar una referencia epocal - que asumieron, según sus
convicciones, visiones y la concepción de lo que significa o debe significar la
vida en el territorio nacional, se hubiera marchado hacia otras latitudes
desinteresadas e indiferentes por lo que sucede en su país, en la tierra que
les vio nacer, entonces, nunca hubo una raigambre hacia su terruño, a la patria
grande y un desconocimiento descomunal de lo que significa la venezolanía y por
supuesto, apatía a saber qué es lo que está debajo y sobre la superficie,
además de la riqueza inmaterial que nos une como pueblo, por lo tanto, se
impondría otra cultura foránea sobre la nuestra y las bondades de la naturaleza
serían aprovechadas por países poderosamente superior en lo numérico, en su
poderío militar, en su expansión territorial y en la imposición de gobiernos y
designios extraños y ajenos a los propios, ya es el destierro y el
distanciamiento espiritual, es ser un extranjero en su propio país que la y que
lo vio nacer.
Hay quienes
con hidalguía, con vigor y valor, sostienen: no hay fuerza en la naturaleza que
me obligue o que me imponga a vivir como esclavo en mi propio territorio; hay
quienes arraigado a su hilo histórico son capaces de doblegar obstáculos y más
los creados por potencias que deliberadamente y sin ningún disimulo explican y
lo han hecho históricamente, poner sus garras sobre las riquezas materiales con
las que la naturaleza nos ha bendecido. Esa fibra, esa estirpe, esa raigambre,
es espontanea, es consciente, es una mezcla que interroga del por qué tiene que
ser así, nuevas preguntas surgen y nos preguntamos, quién decide cuál es
nuestro futuro, por qué tenemos que ser sumisas y sumisos a los designios
imperiales, pues…! Dígase o entiéndase que significativas y significativos
hombres se resisten y dicen: No…! La historia la hacemos nosotros mismos desde
lo pequeño, desde la cotidianidad y daremos al traste a quienes con planes
perversos nos quieren convertir en unos parias, en guiñapos y derrotarnos antes
de pelear, repetimos, no, no lo vamos aceptar y por más guerra económica, por
más campañas de guerra psicológica, decimos: No…!
Debemos
definir nuestro propio rumbo histórico y ese destino no lo deciden personas con
mentes y personalidades débiles, dóciles, vacíos de las huellas históricas de
quienes nos antecedieron, tanto en Venezuela, como huérfanos de las lecciones
que donde mujeres y hombres con el sacrificio y el heroísmo que nacía de sus
entrañas decidieron ser libres y echaron a andar y cambiaron la partitura de la
historia, ya no sólo en su país, sino hasta impactaron y estimularon a otras
naciones y sublevaron continentes y sus ideas se mantienen erguidas a pesar del
correr de los años, centurias y siglos…!
Blog El Mural de Papel
Facebook / Gaspar Velásquez Morillo
@gasparvelasquez
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