VENEZUELA
COMO VÁLVULA DE ESCAPE
DE
LA CRISIS ESTRUCTURAL COLOMBIANA
Gaspar
Velásquez Morillo
Las
recientes medidas tomadas por el gobierno bolivariano en la frontera
colombo - venezolana da cuenta de muchas vicisitudes vividas en
Venezuela como consecuencia de la crisis estructural de la hermana
Colombia y que sus gobiernos y los medios privados de comunicación
habían ocultado con mucha sapiencia e interés, pero...“tanto va
el cántaro al agua hasta que se rompe”.
Sea
propicia la ocasión para destacar la Autocrítica y el llamado de
atención de líderes de la Revolución por tan sensible tema
fronterizo con Colombia porque en la autocrítica, de verdad, verdad,
no se visualizó con tiempo tales anomalías heredadas, y si se
sabía, no se actuó con la prontitud e intensidad del caso, muchas
son las anécdotas de víctimas y es una situación que no puede ser
eventual en el tratamiento, por el contrario, debe ser perenne,
proteger las fronteras y el modus vivendi de la población
venezolana, así como de ser receptor de lo excelso que identifica el
gentilicio del vecino país.
Así
como tiñe las aguas un pulpo para evadir una situación de peligro,
ya la situación para el caso que abordamos, el tinte esparcido por
sectores delincuenciales en Venezuela fue con el exclusivo propósito
de ocultar, solapar e ir paulatinamente imponiendo un modo de vida
ajeno a nuestra propia convivencia, a nuestra idiosincracia, a
nuestro hilo histórico.
La
autocrítica debe resarcir con interés y preocupación para mantener
a raya las deformaciones propias por las secuelas de la guerra
interna que vivió y se vive en Colombia, nación que ostenta varios
record que la caracterizan y no por las virtudes de sus élites
políticas y económicas.
El
gobierno venezolano, se ha convertido por vía de los hechos, en
vocero de los reclamos históricos del pueblo colombiano, y las
actuales discrepancias por los cierres de fronteras han abierto las
puertas de una habitación que las élites colombianas nunca
quisieron, nunca permitieron y que costará empujar para abrir, pero
allí va el pueblo colombiano pero debe “aligerar la carga”.
Las
élites económicas y políticas de forma -hasta deliberadamente-
arrecostaron hacia Venezuela, la solución de los múltiples
problemas de la población. El Tratado de Libre Comercio -TLC-
firmado con EE.UU., descansó el desarrollo al bienestar exclusivo de
un lado de la balanza, al platillo del Imperio, lo cual generó como
consecuencias, grandes e inmensa franjas de desempleadas /
desempleados por la desaceleración de la inversión pública,
además, donde grandes conglomerados humanos cambian sus oficios
productivos, ahora se dedican a actividades de subsistencias
marginales y a expensas de lo que puedan extraer de Venezuela,
además, el lado colombiano es un porción de territorio olvidado
desde el Palacio de Nariño, en la capital, Bogotá.
La
frontera colombo venezolana es también una zona muy codiciada por
contrabandistas, paramilitares, narcotráfico y vaya Ud. a saber,
todo! todo absolutamente! está al margen de la ley y con la
imposición de leyes propias a la fuerza y cualquier rechazo a esos
desmanes, está en juego la vida misma.
La
autocrítica de las autoridades venezolana, tiene que llamarnos a la
reflexión y enmendar lo que se tenga que enmendar, pero la frontera
del lado venezolano tiene que ser un espacio geográfico, de orden,
de desarrollo, de bienestar y prosperidad, por lo que tenemos que
exigir la debida reciprocidad. Puede decirse que teníamos un
ejército de ocupación silente pero que las consecuencia la padecía
la sociedad como “secreto a voces”.
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