LAS COMPARECENCIAS MINISTERIALES Y EL

PAPEL DE LA OPOSICIÓN PARLAMENTARIA

Gaspar Velásquez Morillo

Como nunca la atención pública nacional ha estado centrada en la dinámica parlamentaria, esto tiene que ver con las comparecencias ministeriales.

Si las comparencias ministeriales tienen que ver como saldo, con logros obtenidos, los resultados tangibles y vivibles de una gestión de gobierno, como también con la organización consciente de un pueblo – y así lo tiene que sopesar el Comandante Chávez- entonces si esto se ha hecho con el obstruccionismo del Imperio, de la oligarquía y sus partidos y los sabotajes de sus deudos que no se podrá hacer si no tuviéramos esos obstáculos pero habrá que aprovechar toda oportunidad para aligerar en Venezuela las ruedas de la historia y decimos con toda la certeza que da la más cierta de las certidumbre, otra será la historia acertada en la brevedad para la salud de la patria y la pertinencia del modelo socialista bolivariano para nuestro destino humanitario.

La acertada jugada política del Comandante Chávez está surtiendo sus frutos, develar el rostro, las intenciones y la incapacidad de la derecha, tanto antes cuando fueron gobierno así como serán incapaces para gobernar en el futuro próximo, puesto que si los sectores que antes fueron gobierno desde hace más de una centuria presentaron en esta oportunidad para estas elecciones asamblearia 2011 – 2016 sus mejores cuadros al ruedo parlamentario, a quedado a la luz del sol, la carencia del talante democrático de la fracción parlamentaria de la derecha, el resentimiento de clases, el desprecio que sienten por el pueblo y con estridencia orgásmica cuestionan la administración y la gestión gubernamental y proclaman que ellos y ellas lo pueden hacer mejor hasta que culminado los cinco minutos el presidente de la Asamblea Nacional los trae de nuevo a tierra cuando les informa que: “terminaron sus cinco minutos y que lo que tenga que agregar lo pase por escrito”.

Vale decir que la gestión gubernativa del Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Comandante Hugo Chávez Frías ha macerado una experiencia institucional a yunque y martillo puesto que él mismo y las fuerzas, grupos y equipos políticos que lo han acompañado y le acompañan –salvo algunas excepciones- no tenían experiencias en el ejercicio de la administración pública ni en la gestión pública, sin embargo, repetimos, la dinámica diaria, el pensar y el hacer, el hacer y el pensar, ha venido dilucidando el devenir gubernamental, pero el objetivo está claro, dar “la mayor suma de felicidad posible” como concepto esencial más cuando contamos con el Programa que es el texto constitucional que es a decir de Lenín es: “Lo que aspiramos y por lo que luchamos”.

Pero por supuesto, lo que se tenga que criticar hay que criticarlo y con la intensidad constructiva de las y los militantes por un nuevo mundo.

De otra parte, la conducta reaccionaria, antipatriótica, proimperialista de la oposición política conjuntada por los partidos del pasado y sus apéndices actuales, que unidos a la rancia oligarquía muestran su esencia antinacional y que sin ningún pudor -aunque no lo terminan de verbalizar- pero son dados a reestablecer el estado imperante capitalista del pasado, que fue diagnosticado, padecido y sufrido por el pueblo venezolano y calificado dicho modelo de país y de gobierno -diseñado por esos antipatria- como de servil al imperialismo estadounidense.

No ha sido fácil dirigir un país donde hasta parte del funcionariado institucional de confianza o que tiene experticia sobre la gestión de las instituciones está permeado de la concepción cultural, legal, y hasta siguen manejando la terminología burguesa de “gerencia” para calificar procesos de transformación en el seno del organigrama sustentados aún en los conceptos del capitalismo pero que alegan cambiar las instituciones para no cambiar nada.

Si los voceros ministeriales han mostrados esos logros en estos doce años de gobierno, y que debido a una deficitaria política pública comunicacional e informativa, el pueblo se ha quedado deslumbrado pero también ha expresado sus críticas por la desinformación institucional o a quien le compete, el pueblo también ha aprovechado para informarse, para nutrirse y reafirmarse en lo positivo revolucionario, digamos pues, cuánto no se pudiera avanzar más en lo afirmativo venezolano si se profundiza y se estremece el entramado institucional donde no sólo se privilegie lo tecnocrático, por el contrario haya una mayor formación política ideológica en los cuadros de dirección y en las estructuras de mando, con ejercicio de vinculación con el pueblo, así como de pensar y actuar vibrando con el pueblo, además con criterios revolucionarios que el mismo pueblo vaya pulimentando para así dejar de lado la tecnocracia.

El Comandante Chávez toma importantes iniciativas y replicando algunos ejercicios en el campo de la batalla política con la movilización y consciencia, despliega así en el escenario político institucional ejercicios parciales de lo que pudiera ser un nuevo Estado y sus nuevas instituciones, imbricadas al sentir social para impactar positivamente la conciencia del funcionariado, de manera de apegarlo al alto contenido humano que debe internalizar las instituciones. Así han surgido y motorizado iniciativas para que las instituciones agilicen su dinámica de concienciación interna y así adquieran un carácter social por la vía de los hechos de forma tal que se comprenda que debemos estar al servicio del pueblo.

Con las recién pasadas torrenciales lluvias el Comandante Chávez activo el botón de la emergencia y la institucionalidad activó sus mecanismos internos para abocarse a prestar solidaridad, atención, socorro y ayuda, a nuestros conciudadanos afectados por esos desastres naturales.

En medio de ese exigente y dramático cuadro socio político y económico a nivel nacional e internacional se abre paso un desempeño gubernamental en Venezuela, que puede, que pudiera ser mejor y más acabado si de por medio no estuviera aún vigente y causando fisuras la cultura del pasado con el burocratismo, el sectarismo, el hegemonismo, las y los quintacolumnistas.

En tanto que la oposición hace política con “p” minúscula brindándoles loas al caos, sentados y sentadas frente a la mar -como desquiciados y desquiciadas- le reclaman a la quietud de las aguas la poca intensidad de sus olas y juran hacer del obstruccionismo su perenne ejercicio político.

La Ultra derecha profetizan tanto el desastre para la Venezuela actual y presente, así como la que estamos dibujando y que está contenida en el texto constitucional, las y los apátridas terminaran atrapados en su propia tela de araña pero en vez de proponer su propio proyecto del cual carecen, asumen la idea: “detrás de mi, el diluvio, así yo mismo sucumba”.

Son fascistas, verdad?

gaspar_velasquez@yahoo.es

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