ARRECIA LA DERECHA POR ACUERDO PETROLERO OPEP 2017
Gaspar Velásquez Morillo
Después
de triunfo electoral del Comandante Hugo Chávez Frías y de la propuesta
constituyente, la burguesía neoliberal y sus partidos de derecha antipatriótica
en Venezuela sufrieron un duro revés estratégico, entonces ante el auge de masa
popular se repliegan a lamerse sus heridas y luego retornan con más ferocidad al
ruedo político para retomar el Estado,
su Estado, por cualquier medio y que les pertenecía por designio de clase
social burguesa dominante.
No
amerita mayor análisis, la clase burguesa y los partidos de derecha se ven con
recelos entre sí, fragmentaciones internas entre esos sectores hacia afuera y
hacia adentro marcan los matices que se mantienen en el espectro
contrarrevolucionario y que se han acentuado en éste ciclo histórico y que se
expresa en la Coordinadora Democrática de entonces, decimos a principio del
gobierno de Hugo Chávez Frías, y en la Mesa de la Unidad Democrática en la
actualidad.
Mimetizaciones,
deslindes, contrapuestas posiciones tácticas y estratégicas, entre otros
retorcijones que caracterizan actualmente a las fuerzas opositoras en el país.
Vale
reiterar que la burguesía neoliberal y los partidos fascistas han recibido
apoyos internacionales del Imperio, de las transnacionales, de medios de
comunicación del mundo, financiamiento foráneo, infiltraciones al movimiento
popular e instituciones del Estado y del Gobierno, guerras de colores, entre
disímiles modalidades utilizadas y que han tenido que echar mano; toda esa
amalgama contrarrevolucionaria se debaten en revanchismo entre ellos mismos y
resentimientos contra quienes han levantado la bandera, democrática, social, de
justicia y de derecho, en definitiva contra quienes enarbolamos el Socialismo
Bolivariano.
El
ensañamiento oligárquico para defenestrar al gobierno bolivariano es una letal
fórmula de degastarle la base social de apoyo al gobierno pero no en buena lid,
ni con la exposición de la concepción de país, de nación, de proyecto de
patria, la oligarquía tiene su propio proyecto de clase y para su clase social
burguesa neoliberal, los partidos pro-burgueses aun arrastran sus crisis y la credibilidad
la tienen por el suelo, salvo que alientan y estimulan el resentimiento social
y quien haga los planteamientos más acentuados con alta, muy alta dosis
fascistas, hacia esa tendencia se inclinan esos sectores fascistas en el ámbito
social.
Avinagrarle
la cotidianidad de vida al pueblo, crearle
condiciones de perturbación, sembrar en cada espacio social e institucional
quienes discrepando del proyecto revolucionario, deslizan comentarios, decires,
difunden y amplifican los planteamientos de la dirigencia opositora y la
burguesía neoliberal, todos esos dardos “interpretativos” están sazonados de contrarrevolución y más
contrarrevolución, de fascismo y más fascismo.
Pero
lo que está por debajo de la línea de flotación y que no se ve, y que no se dice,
es consentir que quien tiene que gobernarnos es el neoliberalismo y con la
sumisión al Imperio norteamericano; además consienten que quien disponga de las
grandes reservas petrolíferas de Venezuela sea el Imperio y nadie más que el
Imperio.
En
estas aseveraciones ocultas de la diatriba nacional que no tienen sustento
científico, histórico y de consciencia de la identidad nacional, es una
esclavitud mental, moral y pitiyanky.
Hay
más, quienes en una supuesta interpretación del origen y desenlace de la controversia
que hay en nuestro continente, las cuales están incubadas en algunas personas,
que es el germen de la traición, de la sumisión y de la entrega de la patria
por el beneficio, o mendrugos, que puedan recibir durante su ciclo de vida
personal, se engañan a sí mismo o engañan a su entorno, porque el Imperio y la
oligarquía no se despojará ni hará una repartición social de las riquezas de un
país; la mentalidad sumisa es que hay quienes constriñendo los grandes
acontecimientos histórico a cómo me siento, a cuáles dádivas puedo alcanzar y
las que me son cedidas, esta conducta es similar al atentado septembrino contra
Simón Bolívar y esa conducta es similar a la Santander, “el santanderismo” se
extiende por los años y se le acuña a quienes sin importarle la República, la
historia, las condiciones de vida del pueblo, ni la paz de una sociedad,
quienes son capaces de llevar en sus entrañas “el santanderismo” anidado en su
corazón, en su sentimiento, por lo tanto, son unas y unos desclasados, porque
aun proviniendo de humildes hogares de la República, son capaces sin desparpajo
alguno, pero con la sutileza de la seda y la pisada del felino prestarse para
entregar la Patria que nos legó Simón Bolívar y Glorias Patrias, así como
arriar la bandera de la dignidad patria, como de la dignidad personal; hay
quienes con el mayor desparpajo han arriado la bandera heredada de todas las
generaciones que se han sucedido y por la que se han inmolado, luchado,
sufrido, muchas y muchos jóvenes y revolucionarias y revolucionarios paridos de
la patria y con amor irreductible a la Patria.
Hay
quienes se escudan detrás de la vacilación, de la conciliación de clase, aduciendo que se puede vivir mejor o bajo un
supuesto “apoliticismo” y “antipartidismo”.
La
paralización de cajeros electrónicos bancarios, se suma al rosario de amarguras
para golpear al pueblo para que este pueblo se vaya contra el gobierno, porque
el gobierno le ha ganado una vez más a la contrarrevolución interna e
internacional por el hecho histórico del Acuerdo Petrolero de la Organización de Países Exportadores de Petróleo -OPEP- a partir
de enero de 2017, de la reducción de una porción de la producción de cada país
para estabilizar y elevar los precios del petróleo.
El
Acuerdo Petrolero es un triunfo internacional de la política petrolera, de la
Relaciones Internacionales de la Revolución Bolivariana cuyos dividendos de
rentabilidad económica financiera se invertirán en el bienestar social del
pueblo venezolano, pero eso no conviene a la contrarrevolución porque todo
aquello que afecte al pueblo y a la Revolución es brindis y fiesta para la
contrarrevolución; no obstante, haremos desde la sencillez de las posibilidades
del pueblo, unas felices navidades, feliz año nuevo; de contra parte, a la
burguesía neoliberal y a los partidos fascistas, les espera la elección de la
nueva directiva de la Asamblea Nacional y la elección de los gobernaciones,
¿demostrarán de forma fehaciente con estos acontecimiento en puerta que son la
Mesa de la Unidad Democrática?
Amanecerá
y veremos.
Facebook / Gaspar Velásquez
Morillo
@gasparvelasquez
Blog El Mural de Gaspar.