COMANDANTE
CHÁVEZ TRASCENDIÓ A CLASE POLÍTICA TRADICIONAL
Gaspar
Velásquez Morillo
A
pesar del tercer aniversario de su partida, la clase política
tradicional en Venezuela amamantada por la burguesía, el Imperio y
la renta petrolera, aún siente urticaria, reconcomio y resentimiento
contra el Comandante Hugo Chávez por haber sido desplazada esta del
escenario político y de las tomas de decisiones por las nuevas
lecciones éticas de hacer política y colocar a la política, así
como su pensar y actuar en función del bienestar del pueblo
venezolano.
A
pesar de provenir del mundo militar y del resultado de intensas
jornadas de estudio colectivo politológico, social, económico,
además del discurrir histórico de la Patria, el Comandante Chávez
supo discernir con claridad: la lucha de clase, el juego y rejuego de
los sectores de la burguesía y sus intereses particulares, pero
sobre todo supo imbricar el hilo histórico de nuestros Libertadores
con los tiempos actuales o viceversa, su talento lo llevó a recoger
y cosechar todo el legado de la venezolanidad en articulación
perfecta de lo que significó la guerra de Independencia contra
coloniaje español, luego la lucha contra el Imperio.
La
clase política tradicional se sintió herida de muerte, además que
carecía de conectividad con las masas populares, su liderazgo era -y
sigue siendo acartonado- mediático, sin carisma, sin sensibilidad
social y temerosa de codearse con el pueblo de a pie a quien en el
fondo desprecian y seguirán despreciando.
El
Comandante Chávez tuvo una bendecida sapiencia cultivada al fragor
de la disciplina y enalteció toda la cultura nacional aportante del
sentido de nación, de patria; el tradicional mundo
cultural/comunicacional fue descolocado, porque quienes antes eran
irreverentes pasaron luego a ser sumisos al capital, el cisma que
allí se produjo, fue crucial para ahondar las diferencias y algunos
siguen siendo súbditos de quienes le pagan.
Aseveró
el ex presidente y revolucionario uruguayo José “Pepe” Mujica
con respecto al Comandante Chávez: “Conocí a los grandes líderes
del siglo XX en el mundo pero Chávez rompe el molde”.
El
Comandante Chávez trascendió lo geográfico y no trabajó para su
proyección personal, acuño un pensamiento latinoamericano y
mundial, no amasó personalidad propia para enaltecer exclusivamente
su ego, no se hizo límite en dimensión geográfica mundial que
hurgara y que le permitiera establecer puente para abogar por una
nueva humanidad que sea digna de esa calificación...Humanidad! He
allí la gigantura del Comandante Chávez.
En
contraste, el liderazgo político tradicional en Venezuela y de
quienes se deslizan en sus tentaciones, no trasciende la comarca y se
centra en el currículo personal y vivir de las mieles del usufructo
de los cargos públicos por tan sólo vanagloriarse del cargo
público, del mesianismo del “Yo Salvador” y nada más.
Con
respecto a la clase política emergente y de virtudes
revolucionarias, también tiene el reto con relación al Comandante
Chávez, de ubicarse en continuidad a la dimensión chavista,es
decir, asentarse en otra dimensión y en otra realidad pero
simbólicamente afianzarse en el liderazgo genuino revolucionario
chavista acorde al 4 de Febrero, donde se nutra de las excelsas
virtudes del pueblo sufrido, batallador y viceversa.
El
pueblo venezolano vive y está en presencia de un figurado 4 de
febrero del año '92 pero extrapolado ahora en el año 2016, de estas
contradicciones surgirán nuevas e interesantes oportunidades para
crecerse en las adversidades como lo hizo el Comandante Chávez, pero
se necesita de una fibra humana y de una conciencia particularísima,
lo cierto, es que estamos cursando las asignaturas que exige la lucha
de clase para graduarnos como profesionales revolucionarios y de
revolucionarios profesionales, para distanciarnos del empirismo, del
voluntarismo y del tremendismo infantiloide.
El
Comandante Chávez seguirá siendo una referencia obligada para el
espectro político venezolano, latinoamericano e inclusive mundial,
que a pesar de las pretensiones oligarca-imperialista, no podrá ser
borrado su legado por las campañas contrarrevolucionarias o por
quienes se hayan cansado y arriado su bandera de lucha.
Por
eso cobra importancia que las filas revolucionarias y el pueblo
pueblo se pregunte cada una y cada uno en su conversación íntima
con su conciencia para así determinar su accionar práxico: “¿Qué
he hecho yo por la Revolución Bolivariana? ¿Qué he hecho yo por
continuar con el legado del Comandante Chávez?”.
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