INQUIENTANTES INTERROGANTES QUE NOS DEJÓ MADURO
Gaspar Velásquez Morillo
No todo en política es evidente ni
está a la luz del día, tener conciencia de esa aseveración puede contribuir a
errar o acertar a la hora de emitir juicios y puntos de vistas, por parte de
analistas, opinadores o de personas con interés en la política, cualquiera sea
el ámbito de ésta, y más en Venezuela, que el Comandante Hugo Chávez despertó
mucho interés por la política con “P” mayúscula, que la república oligárquica
había reducido a un estercolero conduciendo a grandes conglomerados de venezolanas
y venezolanos a sentir asco por la política.
Esto viene a colación con la
justa decisión que ha tomado el presidente Nicolás Maduro con respecto al cierre
de la frontera en importantes municipios del estado Táchira colindante con
Colombia y a la repatriación de
contingentes de colombianos y colombiana que se encontraban en condiciones de
ilegalidad en la frontera venezolana.
Ya existía un antecedente próximo
inmediato con el caso del Esequibo que el mismísimo Nicolás Maduro llevó a
nivel de Naciones Unidas y ya se nombró una Comisión que está presta a motivar
el diálogo a pesar de la resistencia del gobierno proimperialista de David Grenger.
Con la merma del costo de la
cesta petrolera, la ocasión es de oro, para que desde adentro, como desde
afuera, incidir en la desestabilización del gobierno bolivariano, soliviantar
los estados de ánimo, la neurotización de la sociedad, más las intensas
campañas propagandistas contra la Revolución en Venezuela para desatar una
guerra civil e intervenir de inmediato las flotas yanqui en la patria de Simón
Bolívar.
La mesa estaba servida: macabros
hechos criminales en Venezuela, sabotaje a la economía y alimentación del
pueblo, incubar la desazón, la desesperanza y crear la sensación de
ingobernabilidad e incapacidad del gobernante del Palacio de Miraflores.
Gobernar es una dinámica
conflictual, es enfrentarse a situaciones que hay que impulsar y a
vulnerabilidades propias, pero también hay actores internos y externos adversos
que tienen sus propios intereses y juegan duro, muy duro, esto sin desestimar
lo que dice el prof. Ernesto Wong “estamos enfrentados al Complejo
Militar-Financiero-Comunicacional” mundial.
No hay puntada sin dedal,
paciencia se tuvo con los gobiernos colombianos, y los exhortos eran como
rosarios de penas propias y de respuestas: burlas y evasiones. Cuáles y cuántas
informaciones tendría el presidente Nicolás Maduro de planes inmediatos y a
futuro contra Venezuela, su gobierno revolucionario y contra el pueblo, de
quienes dicen ser gobernantes amigos –entre los pueblos si somos hermanos y lo
seguiremos siendo- que llegaría a las manos del presidente de Venezuela que enseguida
prendió las alarmas y se tomaron decisiones con el propósito de obtener nuevas
reglas de convivencia –para el caso- con el gobierno colombiano en la frontera.
Cuántas y cuáles informaciones
llegarían de gobiernos afines en el mundo; es constatable, que sobre Venezuela
hay una conspiración global pero también ostentamos el amor de pueblos, de
gobiernos realmente hermanos, también lo brindamos y retribuimos con hechos
porque es una Revolución a la horma socialista bolivariana, al humanismo, al
cristianismo genuino.
La estridencia de la oposición y
de los medios privados de comunicación en Venezuela, como también de Colombia, da
que pensar, cuáles planes se le vino al suelo a ambas oligarquías y a sus
medios de comunicación que están tan arre-rabiosos; algo habrá pasado, algo
pasó, las élites oligárquicas colombo-venezolana, desestimaron a Maduro; en la
política no todo queda a la luz del día.
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